Hoy en Buenos Aires fue asesinado un cuarto inmigrante en el barrio de Villa Soldati. Un grupo tomó un parque público cansado de no tener viviendas y chocó con otro de vecinos que se opuso a la radicación de una villa. Mientras el alcalde de la Ciudad, el ingeniero Mauricio Macri, y la presidenta de Argentina la abogada Cristina Fernández se echaban la culpa por televisión, me preguntaba hasta cuándo tenemos que soportar los jóvenes la imbecilidad de los adultos, sus mezquindades y falta de perspectiva. Me puse a sacar la cuenta de cuánto falta para que estos dos nabos se jubilen y dejen paso a la generación que viene. Está claro para mí que sus dos gestiones políticas ya fracasaron y debato por estas horas si su generación ya lo ha hecho. Qué patéticos son los adultos, por favor. Tal vez por eso los jóvenes directamente escuchen a los viejos más viejos, como a Pino Solanas, que tiene poco pelo pero más sentido común.
Mientras los jóvenes juntamos firmas para jubilar anticipadamente a los mayores de 50 años y resucitar a los que tiene más de 80, me gustaría dar otro ejemplo de por qué los adultos deben jubilarse del periodismo argentino. No hablamos de Mariano Grondona, Joaquín Morales Solá, Nelson Castro, Orlando Barone, Horacio Verbitsky, Chiche Gelblum, Pacho O’Donnel, Marcos Aguinis y Jorge Lanata porque están más cerca de Bernardo Neustadt que de Clemente, pero sí de los idiotas-adultos que manejan los canales de televisión. Hiere la sensibilidad, pero esto mostraba Crónica TV hace un rato. Arriba, el video que muestran por estos días el ex COMFER a directivos de todos los canales de TV, pero que hasta ahora no se ha preocupado en sancionar. Gabriel Mariotto (el que debe controlar) nació en el 69 y Marcelo Tinelli (el que debe ser sancionado) en el 60. Previsible. Adultos.