Probé el iPad. En Buenos Aires. Es una joyita. Lindo. Siento una envidia (no pecaminosa) por su dueño. Da ganas de darle un beso (al iPad claro), pero da ganas también de putear en la cara a Steve Jobs. Resulta que todas las grandes desventajas que tiene el aparato, son oportunidades para la compañía de la manzanita. Por ejemplo: poca memoria > Apple te vende storage … Incompatibilidad con gran parte de los formatos de e-books > Apple te vende los que funcionan … No soporta flash > Apple monopoliza la venta de Apps (la mayoría de los cuales podrían hacerse en flash, gratis y sin pasar por el store de Jobs) … y así podríamos seguir por un rato.
El iPad pierde en la comparación con una computadora y está hecho para para el mundo 1.0 en donde todos consumimos y unos pocos producen. Los prosumers se verán complicados por el teclado touch, que igualmente funciona. La versión de 500 dólares cuesta producirla casi la mitad, por lo que esperamos ver una reducción de precio fuerte en los próximos meses. Más cuando el curro de Steve es ganar por los servicios en “la nube” y con las aplicaciones, más que con el aparato. Sabemos que no es perfecta, pero igualmente la iPad es irresistible.