La credibilidad de los medios en la Argentina sigue siendo alta… y peculiar (Revista Imagen, artículo completo)

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Estuvo dando vueltas en los últimos días por la web la nota de la Revista Imagen sobre la credibilidad de los medios y de otras instituciones en la Argentina. Surge de una amplia encuesta realizada en todo el país, y destaca entre otras cosas que los medios (con Clarín y TN a la cabeza) son líderes en credibilidad entre los argentinos. Un texto interesante que puede leerse en PDF o bien a continuación:

Compartiendo el Olimpo:

“Alabados sean los medios”. Así rezaba (literalmente) el título de la revista Imagen 35, allá por 1999. No había otra conclusión por aquella época en la que, año a año, los medios verificaban su altísimo índice de credibilidad, que empataba y hasta superaba a la Iglesia en un país eminentemente católico. Todo lo demás en la sociedad estaba por debajo. Muy por debajo.

Luego vino la debacle de la Argentina: Alianza, devaluación, kirchnerismo, y después… La credibilidad general de toda la sociedad empezó a caer. Los argentinos dejaron de creer en los argentinos. Los medios dejaron de pelearle la por arriba de todos los a la Iglesia en credibilidad, por lo menos en una encuesta de CIO en la ciudad de Buenos Aires.

Luego, con una cierta dosis de exageración (perdonablemente periodística), la revista tituló en 2005 “El ocaso de los dioses”. Dios se había alejado de la prensa en las encuestas, o los periodistas se habían humanizado bastante. Dependía desde donde se lo mirara. Pero los medios seguían bien arriba en la tabla. Detrás venían las ONG, las Fuerzas Armadas, los empresarios y, bastante más abajo aún, el “barro” de políticos, jueces y sindicalistas.

Llegó 2008 con nuevas crisis de valores, y los medios, ahora, comparten el Olimpo de la credibilidad con un actor inesperado: el “campo” o el sector agrario, y se ubican en el tercer puesto.
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La consultora Datamática, con sede en Salta y Miami, hace habitualmente una de las encuestas públicas sobre imagen del gobierno nacional y los gobiernos provinciales más completas de la Argentina. Los datos se relevan telefónicamente provincia por provincia. IMAGEN le encargó a Datamática que estudiara la credibilidad de los medios a nivel nacional y le pidió que a su lista habitual de actores sociales comparados con los medios le agregara al “sector agrario” pocos meses después de la tristemente célebre Guerra del Campo, que tanto costo le generara al país.

He aquí la sorpresa: el campo desplazó a los medios y a los periodistas del segundo lugar luego de que le hicieran frente estoicamente a un gobierno que pretendía sacarles más impuestos con la famosa Resolución 125.

“Igualmente, hay que analizar la credibilidad de los medios no solo desde la mayor confianza que logran en la sociedad, sino también desde la poca desconfianza que tienen los periodistas en comparación con el resto, que es muy alta”, destaca Iván Rodríguez, un ingeniero, experto en estadísticas, que desde su juventud estaba interesado en la política, y así llegó a convertirse en encuestador.

“Si analizamos a los medios desde el altísimo grado de desconfianza que reina en el país sobre todos los sectores sociales, advertimos que el grado de descrédito de los periodistas y los medios es por lejos el más bajo de la sociedad argentina”, explica.

En el caso de los periodistas, con 9,1 % de desconfianza, y, en el caso de “los medios”, con el 12%, estamos hablando de un liderazgo absoluto de la tabla, incluso frente a la Iglesia”, dice el encuestador salteño.

Es que la Iglesia, con casi 42 % de confianza a nivel nacional, también tiene 23 % de desconfianza o de gente peleada con la religión que asocia a la Iglesia con datos más bien negativos.

Incluso el sector agrario, del otro lado del Encuestador Iván Rodríguez: “Replantear la pregunta de quién tiene el verdadero poder en la sociedad”. impresionante 40 % de credibilidad que obtuvo, tiene casi el 18% de nivel de desconfianza.

Las ONG, que estarían en una especie de campo intermedio, con 24,3 % de confianza, tienen del otro lado un mayor grado de descrédito, de 28%: más que los empresarios, que cosechan la mitad de la credibilidad que las ONG (11,2%). Pero ese sector tiene algo menos de índice de desconfianza que las organizaciones no gubernamentales: 25,5%.

Es un dato interesante que los empresarios, aun cosechando un mal índice de credibilidad, salgan bastante dignamente parados en el ranking por descrédito. Ni qué hablar de las Fuerzas Armadas, que con el 22% de credibilidad compartirían el campo medio con las ONG en términos de confianza, pero tienen del otro lado casi 34% de detractores: algo previsible en un país con una larga historia de dictaduras militares.

Un capítulo aparte merecen políticos, sindicalistas, piqueteros y la Justicia: no solo porque están a la cola de la tabla social de credibilidad, sino porque, en la mayoría de los casos, su descrédito es abrumador. En comparación, una encuesta de Gallup de 2004 en Estados Unidos ubicaba a los jueces en el 53% de credibilidad, un nivel que osciló muy poco en los últimos años.

La misma encuesta mostraba cómo los “reporteros de diarios” para citar al tipo de periodista que más se parece a un representante de la profesión en el imaginario colectivo, oscilaba en los últimos años en torno al 20% de credibilidad positiva: el mismo nivel de los congresistas de ese país. Pero en la Argentina los valores son muy diferentes.

El caso de políticos, sindicalistas y piqueteros es patético. A pesar de que podría decirse que desde hace casi una década se han convertido en un factor determinante en la política, su nivel de descrédito es inversamente proporcional a su poder e influencia. El caso de los piqueteros es apabullante: 80% de desconfianza contra menos de 3% de credibilidad. Los sindicalistas logran el 72% de descrédito y solo 2,5% de confianza.

Los “políticos”, cuando se pregunta genéricamente, cosechan el 64,4 % de descrédito y apenas 2,3% de credibilidad: el fondo de la tabla, detrás de piqueteros y sindicalistas. La política respira apenas un poco cuando se pregunta, como se hizo para comparar, por Cámara de Diputados y Cámara de Senadores, con 38 y 37 % de descrédito, pero apenas 10 y 8 por ciento de credibilidad respectivamente.

En el mismo nivel pobre está la Justicia, con 35% de descrédito, apenas 10 % de credibilidad, y 55% de “poca” confianza: un resultado nefasto para el poder social que mayor estima y confianza debería generar en una sociedad democrática.

Recordemos: en Estados Unidos los jueces gozan de más de 50% de credibilidad, según Gallup. “Es curioso cómo durante la guerra del campo, los medios – que cubrieron con intensidad el conflicto- ganaron en credibilidad. Y al ponerse del lado del sector agrario, igualaron al campo con el gobierno en poder institucional”, explica Iván Rodríguez. “Queda claro que los medios están en condiciones de permitir ascender o hacer caer a otros sectores”, explica.

“Los políticos pueden intervenir institucionalmente, pero los medios intervienen en la mente, y esto los hace poderosos. Esto nos hace replantear la pregunta de quién tiene el verdadero poder en la sociedad”, reflexiona. Pero también en la encuesta de Datamática se dan curiosidades regionales, que vale la pena destacar.

En la Patagonia, cuna política de Néstor y Cristina Kirchner, dos políticos apoyados en sindicalistas y piqueteros como pilares de poder, pero también en el Norte argentino, no se encontró un solo caso (0%) en el que los piqueteros tuvieran credibilidad positiva.

El caso de la Patagonia es más curioso aún: ahí la tabla de credibilidad la lidera el sector agrario (con casi 50%), muy por encima de la Iglesia, a pesar de que el agro, salvo regiones puntuales, como el Alto Valle, en Río Negro, no es una actividad económicamente relevante, como sí lo es en casi todo el resto del país.

La Patagonia es el único lugar en el que la punta de la tabla se invierte, y es en el que la Iglesia, amén de salir segunda, logra su menor grado de credibilidad de todas las regiones, con 35%. El campo, por el contrario, logra, además de la máxima credibilidad, el menor grado de descrédito de todas los sectores en todas las regiones del país, con menos de 3%. Se podría decir que la voz del campo, en la Patagonia es Santa Palabra.

Las preguntas centrales de la encuesta de credibilidad de medios y es cómo se informa la gente. Y a pesar de las particularidades de la Argentina, su sociedad no sale de la tendencia mundial: Internet ocupa un lugar cada vez más preponderante, pero la TV “es todo”, parafraseando al publicitario argentino Ramiro Agulla.

En comparación con años anteriores, la TV mantiene su liderazgo, con el 77 %, pero la radio, otrora el segundo medio en importancia a la hora de informarse, cede terreno y se equipara a los medios gráficos, ambos con un 30 % de las preferencias para informarse. Sin duda, la novedad es Internet. Mientras que en 2004 la encuesta de CIO la ubicaba aun por debajo del 10% como fuente principal de información para la población, hoy el 22% de la primera elección para informarse a nivel nacional recae en Internet.

Créase o no, esta respuesta está perfectamente en línea con una consulta de la cadena de TV norteamericana ABC News realizada por TNS en diciembre de 2007 sobre cómo se informa la gente primordialmente sobre temas políticos en Estados Unidos: 23 % elige primero Internet, aunque el 40% de la población acuda a la red para recabar información sobre política y casi la totalidad tiene acceso a la web.

Pero en el país del norte, el 70 % acude a la TV, cuando cuatro años atrás todavía era el 78%; y el 26%, a los diarios, cuando hace 12 años lo hacía el 60%. La radio solo acapara hoy el 16% de la preferencia en ese país, muy por debajo de Internet. En la Argentina también se da en parte ese fenómeno nuevo: el derrumbe de las radios como fuente de información, antes muy cercana a la TV.

Mientras que en 1999 en la Argentina todavía el 56% de los porteños elegía a la radio como primera fuente, según una encuesta de Consultores del Plata en Capital para IMAGEN, hoy las radios empatan con los medios gráficos y, a nivel de todas las edades, están bastante cerca del uso de Internet. Pero muy distinto es el resultado en Argentina si se lo discrimina por edad: de 36 años para abajo, Internet está en segundo lugar, por encima de radios y medios gráficos.

En el segmento más joven, de entre 18 y 26 años, Internet llega al 35% de las preferencias, por encima de todos los demás medios; incluso, a costa de la TV, que baja a 70% entre los más jóvenes. También se dan diferencias claras entre hombres y mujeres: casi el 30 % de los hombres de todas las edades eligen Internet, a costa de la TV, con 71 %, mientras la población femenina es más fiel a la “caja boba”, con casi 80% de preferencia.

El sexo débil también está mucho menos habituado a informarse por Internet, con 19%. Los más creíbles Datamática realizó el sondeo mediante encuestas telefónicas, lo que hace más fácil hacer campos más grandes y más amplios en distribución geográfica, pero es más difícil comparar una gran cantidad de medios. Por eso la encuesta se concentró en TV abierta, noticieros de cable y los principales diarios de circulación nacional.

Nuevamente, los medios del Grupo Clarín resultaron los más creíbles, al igual que en las últimas encuestas. Sin embargo, la curiosidad es que el medio ganador este año resultó TN. Con 52 % de credibilidad alta más 25% de credibilidad media y apenas 4% de poco o nada creíble, la señal de noticias por cable de Clarín sorprendió también por su altísimo grado de formación de opinión, de 81%, con lo que se ubicó también por este motivo en la punta del ranking.

Hay que comprender que apenas poco más de la mitad de los hogares argentinos tienen acceso al cable. Para comparar, el estatal Canal 7, que llega gratuitamente y por aire a todo el país, logra un grado de opinión de 60%, y su credibilidad es de 47%, con 14 % de descrédito (entre baja y nula credibilidad). Cabe destacar que no se puede considerar el grado de no opinión con desconocimiento. En el ranking, ordenado por alta credibilidad, sigue Canal 13, con 32 % de alta credibilidad y 64% de credibilidad total. Comparte el podio con América TV, que tiene 26% de credibilidad alta, pero 41 % de credibilidad media. Los siguen Telefé, el diario Clarín, Crónica TV y la CNN.

Estos medios y los diarios La Nación y Crónica, que llegan o superan el 50% de credibilidad entre alta y media, forman el “Olimpo” de los medios más respetados a nivel nacional. En el segmento de las radios, si bien todas alcanzan un bajo nivel de opinión, Radio Mitre, también de Clarín, logra el mayor nivel de credibilidad dentro del segmento, con 26 % de credibilidad total y un 72 % de grado de no opinión, que dentro de lo elevado, es el más bajo de las radios.

El orden de preferencias no cambia demasiado cuando se analiza el área metropolitana, pero aparecen en las distintas regiones analizadas por Datamática algunas curiosidades. En la región centro (Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa), TN crece aun más y se despega brutalmente del resto de los medios, con 58 % de credibilidad alta, y 84 % con credibilidad media. “Hay que tener en cuenta que esta encuesta se hizo poco después de la llamada Guerra del Campo, en la que TN fue uno de los canales de noticias que más se involucraron en la cobertura, llevando cámaras a lugares remotos y matizando permanentemente las posturas del gobierno con las de los representantes del campo.

Esto tuvo su impacto en todo el territorio, pero evidentemente la ganancia de credibilidad fue mayor allí donde el conflicto del campo se vivió más en carne propia, como en las provincias de la región centro”, explica el encuestador Iván Rodríguez. También es interesante cómo en algunas regiones el estatal Canal 7 cobra una credibilidad y relevancia que no se nota a nivel nacional. En la región Cuyo, por ejemplo, la señal del gobierno se ubica en cuarto puesto con 48 % de credibilidad total y 19 % de incredulidad y solo un 32 % de ausencia de opinión.

También en el Norte, el canal oficial logra una buena posición: noveno por credibilidad alta, pero sexto por credibilidad total. Otro dato curioso se da tanto en la Patagonia como en la zona de Cuyo, donde la segunda señal de alta credibilidad resultó la CNN. La Patagonia también es la única región en la que Telefé le gana en credibilidad a su eterno rival, Canal 13. Mientras que en el Noreste, América TV se impone al canal del Grupo Clarín en credibilidad alta y total.

Cuyo (Mendoza, San Juan y San Luis) es también la única región en la que la nueva señal de cable de Daniel Hadad, C5N, obtiene buen nivel de confianza. Mientras a nivel nacional se ubica en el puesto 16 por alta credibilidad, en esas provincias sube al sexto puesto. Segmentando por edad, es notable que el grupo que más se informa por Internet perciba a los medios tradicionales de manera muy similar que la población en general.

“Las diferencias no son significativas en la discriminación de la credibilidad de los medios por edad. La influencia del hogar y la tradición en la formación de opinión sobre los medios es mucho más grande que lo que se piensa”, explica Rodríguez. “Además, no nos olvidemos que los jóvenes, cuando se informan por Internet, tienden, en la mayoría de los casos, a hacerlo por páginas web de medios tradicionales”, dice el experto.

Opositor vs. Oficialista

En las anteriores encuestas de credibilidad de medios no se había hecho la pregunta sobre cómo encuadra el público a los medios dentro de un espectro político entre oficialista, neutral y opositor. Una de las aspiraciones era indagar si existe una correlación directa entre la alta credibilidad y un alto nivel de percepción del medio como opositor o crítico del gobierno, que es lo que suponen muchos periodistas. “No es tan así”, advierte Rodríguez y explica que todo depende del momento.

“Toda encuesta es una foto, y esta foto la tomamos en un momento en el que la imagen del gobierno estaba en un nivel extremadamente bajo, por lo tanto no extraña que un medio como TN, el más crítico para la gente, según la encuesta, que fue percibido también por mucha gente (35%) como neutral, tenga alto nivel de credibilidad. Incluso gente que definió a TN como oficialista lo eligió como Medios de Comunicación creíble”.

Rodríguez echa un baldazo de agua fría a los que asocian en los medios de manera automática la crítica con la alta credibilidad: “No olvidemos que también hay gente que coincide con el gobierno y que naturalmente va a tender a buscar medios para informarse que perciba como oficialistas o neutros. Luego va a tender a calificar a esos mismos medios en una encuesta como muy creíbles o algo creíbles”.

Otro de los datos que llama la atención es que no hay una sustancial diferencia en la percepción de la postura política de los medios en los diferentes segmentos de edad. Tampoco hay significativas variaciones sobre el grado de opinión que recoge la encuesta entre los más jóvenes: excepto las señales de TV abierta, los canales de noticias por cable y los principales diarios, el desconocimiento de los medios, en general, es grande en la población argentina. Pero la marca es más fuerte… Sí llama la atención un dato curioso y es la fuerza que tienen las instalaciones de marca en los medios, que no cambia con el tiempo entre quienes no lo leen.

Tal es el caso de Página/12, el diario que pasó de ser furibundo crítico del gobierno en los 90 a ser considerado como poco más que un órgano oficial del kirchnerismo: la cuarta parte de la población que se forma opinión sobre ese diario a nivel nacional cree que es neutro o crítico, excepto el 6% que lo calificó de oficialista, pese a que ya lleva seis años de oficialismo a ultranza, contando con el período de Eduardo Duhalde.

El caso de La Nación, un diario muy crítico del gobierno kirchnerista, es parecido, aunque se da el fenómeno inverso: el tradicional diario es percibido como en equilibrio entre oficialismo y opositor con una mayoría “neutral” dentro del 42% del total país que manifestó tener una opinión formada sobre este matutino.

En el área metropolitana, donde más circula el diario y obtiene mayor cuota de opinión, la percepción se inclina más hacia la crítica, pero mucha gente lo sigue viendo neutral u oficialista, justo cuando en los últimos años el diario fue dejando atrás su tradicional tradicional cautela para ser calificado hoy por los expertos como un medio muy crítico del gobierno. Pero, aquí también, la instalación de marca es muy fuerte.